Si convence a un tercio de sus vecinos puede poner placas solares en la azotea: “El autoconsumo colectivo es imparable”

Las placas solares colonizan los tejados a un ritmo frenético —en tres años se han triplicado las nuevas instalaciones en España— y llegan a cada vez más industrias, viviendas y comercios, pero todavía es muy raro verlas en pisos. De hecho, ni siquiera hay datos específicos. El desconocimiento sobre el autoconsumo colectivo lastra el desarrollo de un sector fundamental en un país donde el 65% de la población vive en bloques (según el centro de estudios Funcas). Poca gente conoce que solo necesita el permiso de un tercio de sus vecinos para instalar placas en el tejado común (siempre que no se obligue a pagar a quienes no las usen), que el montaje se abarata mucho si participan varios residentes y que hay subvenciones para este tipo de redes.

Ahorro instalación paneles solares

“El autoconsumo individual está despegando, porque ves a tu vecino poner placas y te las pones tú también, pero en colectivo cuesta más, ya que tienes que hacer pedagogía para convencer a otros residentes del edificio”, señala Laura Feijóo, de Ecooo, una cooperativa sin ánimo de lucro especializada en energía solar. “Si es para uso particular de las viviendas, solo es necesario que un tercio de los vecinos acepte la iniciativa. Es decir, en un bloque de 10 pisos, haría falta que cuatro vecinos estuvieran a favor de la instalación. Y no hace falta que luego los cuatro se pongan placas, pueden hacerlo únicamente los que quieran”, continúa.

Las nuevas instalaciones de autoconsumo se duplicaron en 2021

La modalidad más sencilla es usar la azotea común para poner unas placas cuya energía aprovechen tan solo los hogares que paguen por instalarlas. Feijóo explica qué pasos habría que seguir: “En primer lugar, hay que informarse de cómo funcionan estos proyectos y luego hay que recabar el apoyo de algunos residentes, los que estén más concienciados o abiertos al cambio. Después hay que llevar la propuesta a la junta de vecinos para solicitar el permiso. Y luego ya se pueden pedir presupuestos y ver cuánto costaría la instalación a cada familia”.

“Es importante conocer el espacio disponible: cubiertas, jardines, en el suelo… Cuanto más sitio y menos sombras, mayor será el rendimiento de la instalación”, apunta una portavoz de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), la patronal del sector. La empresa instaladora comprueba el lugar para instalar las placas, dimensiona la instalación y señala la energía que podría destinarse cada domicilio. Es fundamental pedir varios presupuestos antes de decidirse. En la mayoría de los casos, la propia compañía solicita las subvenciones (de hasta el 30%) y el enganche a la red.

Ese proceso ya lo ha concluido Guillermo Lozano, un consultor residente en Majadahonda (Madrid) y preocupado por el ahorro energético y el cambio climático. “Primero me informé y luego empecé a hablar con algunos residentes para ver cuáles podrían ser aliados. Hay diferentes perfiles: el preocupado por el medio ambiente, el que quiere ahorrar, el que vive solo y quizá no le compense, las familias numerosas como la mía…”, dice Lozano, que tiene cinco hijos. Después, invitó a una empresa a dar una charla a los 16 moradores de su bloque y llevó el asunto a la junta vecinal.

Una vez logrado el permiso, nueve familias se apuntaron. La instalación la hizo Ecooo. “Es importante tener un experto a tu lado, porque hay diferencias entre el autoconsumo individual y el colectivo. También para que te asesoren en la legislación y las subvenciones”, señala este consultor. En su caso, establecieron tres rangos de porcentaje de reparto (alto, medio y bajo) y, según este, cada familia pagó entre 2.000 y 5.000 euros. “Con la subvención, los vamos a amortizar en unos cuatro años”. Han tardado unos 10 meses hasta la instalación.

Otra modalidad sería instalar autoconsumo para los elementos comunes, como el ascensor, las luces de la escalera, el motor de la piscina… Noelia Mochales, portavoz del Colegio de Administradores de Fincas, señala que en este caso se requiere el voto de una mayoría simple de los propietarios (más votos a favor que en contra) y que luego todos tendrán que participar en la derrama, dado que el ahorro será para todos. “Con la nueva normativa, aprobada en junio, se pretende facilitar todo tipo de inversión en eficiencia energética en los edificios, y para ello se han rebajado las mayorías que se pedían para aprobar estas obras de mejora. Además, ahora la derrama se puede repartir hasta en 12 cuotas para facilitar la iniciativa”, señala Mochales. En su caso, administra una finca con 165 viviendas en Getafe que está planteándose instalar placas para el uso común. La portavoz señala que ya hay empresas del sector que están pagando alquileres —de 2.500 euros al mes en adelante— a las comunidades de propietarios para que les cedan el uso de sus cubiertas y producir energía solar, lo que se convierte en una nueva fuente de ingresos.

“El autoconsumo colectivo sale más barato que el individual”, continúa Martín, “porque se comparte la instalación, el cableado, el estudio, el diseño, y además porque se compran muchas placas de golpe y te hacen un mejor precio. Calculamos un coste de unos 3.000 euros por vecino, bastante menos que si cada uno se lo pusiera por su cuenta”, continúa. Esperan iniciar la instalación al final de este mismo año. Más adelante, les gustaría convertirse en comunidad energética para depender lo mínimo posible de las grandes eléctricas.

Fuente del artículo: www.elpais.comMIGUEL ÁNGEL MEDINA